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Más de medio centenar de respaldos a Lucho

Los respaldos desde diversas latitudes del país hacia el presidente Luis Arce se fueron acrecentando en las últimas semanas. El viernes, el Jefe de Estado, arropado por una multitud de seguidores y representantes de organizaciones sociales, fue proclamado en Oruro como candidato presidencial por el MAS-IPSP para las elecciones generales del 17 de agosto, espaldarazo con el que superó el medio centenar de apoyos.

Estos apoyos al presidente Luis Arce —según expresó la mayoría de los sectores sociales— tienen como objetivo dar continuidad a la actual política gubernamental, que a su vez se constituye en el sello de la administración del Jefe de Estado: la industrialización de Bolivia.

El contundente apoyo al artífice del Modelo Económico Social Comunitario Productivo también se sustenta en que, de cara a los comicios generales de agosto, Arce es el único candidato con un verdadero proyecto de país, con propuestas y acciones concretas para dar soluciones estructurales a los principales problemas que hoy aquejan a Bolivia, como la baja en los hidrocarburos y la escasez de dólares. Esto sin duda marca un fuerte contraste respecto a las opciones políticas de oposición, cuyo horizonte se enmarca en la privatización de las empresas estatales y los recursos naturales, además de un severo endeudamiento del Estado a través del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Como bien señala Arce, la propuesta de la derecha no es otra cosa que la aplicación de las viejas recetas neoliberales que, otrora, tanto daño le hicieron al país, con medidas nefastas como el Decreto Supremo 21060, que trajo consigo justamente la privatización de empresas estatales, despidos masivos y un atropello a los derechos laborales adquiridos en luchas sociales.

Hoy, esa vieja derecha neoliberal pretende volver a través de figuras políticas tradicionales sin mayor trascendencia, al menos en la arena electoral, las cuales intentan disfrazar con elocuentes y demagógicos discursos sus verdaderas aspiraciones, muy alejadas de lo que realmente espera el pueblo boliviano.

No obstante, las elecciones generales del 17 de agosto representan un momento crucial para que la población elija entre el retorno a uno de los periodos más oscuros del país de la mano de los representantes del neoliberalismo; o el dar continuidad a un proceso industrializador liderado por la única opción de izquierda real, proceso que ya se inició y es irreversible, siempre y cuando el soberano haga una elección basada en la sensatez y la sabiduría.

La lucha entre estas dos concepciones antagonistas de hacer política y administrar un país no ha terminado, y este 17 de agosto Bolivia tiene una responsabilidad histórica que podría marcar profundamente el futuro de las próximas generaciones.

Por la unidad de la clase trabajadora

El Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo, ratificó la alianza entre el gobierno del MAS y la clase trabajadora liderada por la Central Obrera Boliviana (COB), con un llamado a la unidad para la defensa de las conquistas sociales de las últimas dos décadas, ante los aprestos de la derecha para intentar ganar las elecciones de agosto y resucitar el modelo neoliberal que, entre 1985 y 2005, trajo privatizaciones, pobreza, desempleo, la entrega de los recursos naturales y la pérdida de los derechos laborales.

Unidad obrera como bastión contra el neoliberalismo

En un contexto de creciente tensión política y ante la proximidad del ciclo electoral, el presidente Luis Arce hizo un llamado a la unidad de los trabajadores en torno a la Central Obrera Boliviana (COB), advirtiendo sobre el riesgo que implicaría un cambio de rumbo para el modelo económico vigente.

La denuncia irresponsable de fraude electoral

El senador evista Leonardo Loza, de forma irresponsable y tal como está acostumbrado, “denunció” que el Gobierno nacional prepara un “fraude monumental” para las elecciones generales del 17 de agosto. Esta es una disparatada teoría a la que acudieron la derecha en el golpe de Estado de 2019 y otros actores sociales con fines inconfesables.

Una maniobra más por la angurria de poder

La decisión de una jueza de dejar sin efecto la imputación y orden de detención contra el expresidente Evo Morales refuerza la sensación de que el evismo tiene entre manos una serie de estrategias y recursos éticamente cuestionables y, en no pocos casos, reñidos con la ley.

El aumento salarial es justo y necesario

El presidente Luis Arce anunció el lunes 18 un acuerdo con la Central Obrera Boliviana (COB) que definió para esta gestión un incremento salarial de 10% al salario mínimo nacional (que llega a Bs 2.750) y de 5% al haber básico en los sectores de salud, educación, Policía y Fuerzas Armadas.

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