En un contexto de creciente tensión política y ante la proximidad del ciclo electoral, el presidente Luis Arce hizo un llamado a la unidad de los trabajadores en torno a la Central Obrera Boliviana (COB), advirtiendo sobre el riesgo que implicaría un cambio de rumbo para el modelo económico vigente.
Durante su discurso por el Día del Trabajador, el mandatario alertó sobre la amenaza de un “neoliberalismo remozado” que —según dijo— pondría en peligro los avances logrados en derechos laborales, industrialización y redistribución de la riqueza.
Recordó las políticas de capitalización aplicadas en el pasado, que “nunca cumplieron sus promesas de empoderamiento ciudadano”, y reivindicó el rol del Estado como garante del bienestar popular.
Bajo la administración de Arce, el Estado trabajó para el pueblo y con el pueblo como única garantía efectiva para los derechos laborales.
El retorno de las recetas neoliberales, recordó el Jefe de Estado, representa un retroceso hacia épocas "duras y crueles" para los trabajadores.
“En nuestra gestión, el Estado ha trabajado para el pueblo y con el pueblo”, enfatizó, subrayando que las políticas actuales representan una continuidad histórica con las luchas obreras.
“Nada se les ha regalado”, dijo, evocando la memoria colectiva como sustento del proyecto político vigente.
El llamado a la unidad obrera cobra especial relevancia en un momento de polarización política.
El llamado a la unidad de la COB no solo conmemora una fecha emblemática, sino que busca consolidar el respaldo de las organizaciones sociales al liderazgo de Arce.
Hasta ahora, el Jefe de Estado ha recibido más de medio centenar de proclamaciones que lo postulan como candidato del MAS-IPSP, en defensa de la estabilidad económica y del proceso de industrialización iniciado en su gestión. La u obrera es, en estos momentos, el bastión contra el retorno neoliberal.