Los incendios forestales en Bolivia han dejado una huella desoladora en nuestro patrimonio natural, con más de 3,8 millones de hectáreas afectadas.
Ante esta crisis ecológica sin precedentes, el gobierno del presidente Luis Arce ha tomado una decisión necesaria: declarar una pausa ambiental indefinida y proponer un endurecimiento de las penas para quienes provoquen incendios forestales.