Alimentos no perecederos, como azúcar, fideo, harina, enlatados, galletas, entre otros, forman parte de este lote de 14 toneladas.
La medida apunta a que los bomberos voluntarios concentren sus esfuerzos en la mitigación de los incendios sin tener la preocupación de perder su trabajo o perjuicios en sus estudios.