Arce desmintió a Zúñiga en su pretendida intensión de involucrarlo en la acción militar y lo acusó, por el contrario, de “alzarse contra el pueblo boliviano, atentando contra la democracia que ha costado sangre al pueblo boliviano”.
Arce informó que el servicio de inteligencia militar respondía a Zúñiga, por lo que todo cuanto se operaba estaba restringido a los mandos involucrados.