A lo largo del 2024, Bolivia lideró una serie de actividades destinadas a intercambiar conocimientos, mejorar las técnicas de manejo sostenible, y promover la industrialización y comercialización de productos derivados de los camélidos.
Este complejo industrial tendrá una capacidad de producción de 1.140 toneladas al año de carne de llama para la elaboración de carne deshidratada.