El país le da la razón al Gobierno: la ALP debe aprobar los créditos

Después de más de dos años de bloqueo legislativo que pasaron su factura a la economía y a la población, hoy el país le da la razón al gobierno de Luis Arce, incluso sus detractores, inclusive la derecha: la solución para ir resolviendo los problemas económicos pasa por la aprobación de la Asamblea Legislativa de los créditos saboteados por un mero interés desestabilizador y proselitista de la nueva y la vieja derecha en su objetivo de generar descontento y convulsión social, incluso con afanes conspirativos contra la democracia.

La administración de Arce demandó insistentemente que se dé oxígeno a la llegada de financiamiento externo, al arribo de divisas para que el Estado cumpla con una serie de obligaciones, así como sucede en todos los países del mundo. Pero los opositores en el Legislativo, en la arena política, hasta ahora pusieron zancadillas a 16 préstamos por $us 1.849 millones. Y ahora que las papas queman, en momentos complicados para la economía nacional, recién admiten públicamente que estos recursos son el remedio.

Por ello, no es gratuito que los candidatos neoliberales Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga pidan el levantamiento de este boicot legislativo en el que también participaron los asambleístas que se pasaron a sus filas. Por esto, no en vano las propuestas de gobierno para retornar al neoliberalismo de los aspirantes de la derecha se sostienen en créditos externos, con fondos de estabilización para recurrir a $us 12.000 millones, $us 5.000 millones… provenientes de organismos internacionales.

Sin embargo, el daño a la economía está hecho, pese a que el Gobierno ha conseguido sacarla a flote, con una iliquidez de dólares en las reservas del Banco Central de Bolivia (BCB) que atenta contra la adquisición de gasolina y diésel, el pago del servicio de la deuda externa, el abastecimiento de divisas al sistema financiero y la importación de maquinaria y equipos para las empresas estatales. Y los números marcan un déficit de $us 1.219 millones entre los dólares que ingresan y los que salen del país desde 2023.

Las mentiras del sabotaje tienen patas cortas. La derecha aseguró que había una baja ejecución de los créditos, cuando de $us 4.284 millones aprobados desde diciembre de 2020, el desembolso llegó a $us 2.142 millones, o sea el 50%. Más todavía, la derecha dijo que había sobreendeudamiento, cuando la deuda externa con relación al Producto Interno Bruto llegó al 24,8% hasta abril, la cifra más baja de los últimos nueve años, y la deuda pública total, al 45,1% del PIB, muy por debajo de los umbrales internacionales.

Después del sinceramiento de la oposición, queda que ponga por delante los intereses del país, liberando los créditos de libre disponibilidad y cumpliendo su palabra de aprobar las leyes y los recursos necesarios para las elecciones de agosto. Bien lo dijo Arce: “Hoy, cuando la economía se siente asfixiada, todos reconocen que teníamos razón”. Por esto llegó la hora de que la derecha pase de las palabras a los hechos porque el estrangulamiento al financiamiento externo solo estrangula la economía del pueblo.

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